Desde que sigo la dieta paleo, estoy descubriendo que la gastronomía española está llena de recetas que cumplen los principios evolutivos. La receta de hoy, con sólo cuatro cuatro ingredientes: bacalao, aceite de oliva, cayena (guindillas) y ajo, es un claro ejemplo, por lo que es apta si sigues la dieta paleo, o estás en el programa whole30.

Además, prepararla ha sido todo un placer, ya que estaba de pinche en la cocina con mi señora madre, que aunque aún no lo sabe, es la cocinera más paleo que conozco 🙂

Aunque ya venden bacalao al punto de sal en los supermercados, a la hora de cocinarlos suelen quedar un poco “aguachados” y los lomos se desmenuzan con facilidad, así que recomiendo comprar unos buenos lomos de bacalao en salazón.

Ingredientes (4 personas)

• 4 tajadas de bacalao
• 4 dientes de ajo.
• 1 guindilla
• 1 vaso de aceite de oliva

Desalado 

Poner el bacalao debajo del grifo de agua fría y quitar el grueso de la sal. Poner en un recipiente sumergidos en agua. Para desalarlo se dejan aproximadamente 24 horas en agua, pero habrá que cambiar el agua cada 8-10 horas.

Preparación

• Ponemos el aceite en una cazuela y añadimos los ajos en láminas para que se vayan dorando.
• Añadimos la guindinlla y removemos unos segundos junto al aceite y los ajos. Retiramos la guindilla y la reservamos en un plato.
• Una vez dorados los ajos, ponemos los lomos de bacalao, con la piel hacia arriba.
• Mientras se fríen, veremos que los lomos van soltando suero

• Una vez hechos los lomos de bacalao, agitamos la cazuela para que sigan soltando suero y este vaya ligando con el aceite.
• Retiramos las tajadas de bacalao y los ajillos, y apagamos el fuego. Cuando esté templado el aceite, con un colador vamos removiendo suavemente la mezcla de suero y aceite para terminar de ligar la salsa.
• Una vez ligada (debe quedar una salsa espesita), volvemos a poner los lomos y la guindilla en la mezcla.

Espero que os guste!

Nota: no ha quedado demasiado espesa la salsa, pero está riquísimo igual 😉