Hace tiempo que decidí dejar de comprar las verduras en los súper mercados tradicionales.
A pesar de llevar tiempo con la dieta paleo, reconozco que me costó hacer el cambio porque tenía metido en la cabeza que las verduras y frutas ecológicas (y la carne de pasto), eran carísimas y no me lo podía permitir…
Con el tiempo comencé a pensar a pensar: ¿realmente es tanta la diferencia? ¿Y esa diferencia en el precio no se compensa por la calidad y el sabor?
Me di cuenta de que estaba haciendo exactamente lo mismo que otras personas cuando dicen: el gimnasio es muy caro, mejor me voy al bar.
No te engañes: ni las verduras ecológicas ni los huevos camperos son caros. Lo realmente desorbitado es el precio de un Frapuccino y habrá quien pague gustoso (yo misma hace años) las toneladas de azúcar que lleva.
Es bueno para tu salud, y comprar verdura ecológica es también una forma de apoyar a los agricultores de tu zona, y de esta forma, te aseguras de que no la han metido en congeladores durante días y días.
Creo firmemente que, al ritmo que crece la humanidad y al ritmo que consumimos los recursos de la Tierra, lo único realmente sostenible a largo plazo son la agricultura y la ganadería de proximidad.
Hace unos días, una amiga se quejaba de que una gran superficie vendía espárragos autóctonos de Granada, pero leyendo con detenimiento la etiqueta, se dio cuenta de que el origen dela verdura era bastante lejano aunque el envasado sí era local. Otro ejemplo:
Entiéndeme, no se trata de discriminar a nadie, simplemente no creo que sea bueno que tu comida haya sido recolectada antes de tiempo para pasarse días y días en un congelador en un transatlántico.
Por todo esto, me parece una suerte que cada vez haya más páginas webs y eventos para difundir los productos de estos cultivos. Cuando más accesible sea para nosotros, más fácil que llegue a nuestro plato.
Eso sí, tiene una desventaja algo frustrante: cuando compras verdura de temporada, no siempre tienes de todo.
Aunque que los que seguimos la dieta paleo ya estamos acostumbrados a superar ciertos baches diarios, y para mi, el recibir una cesta de frutas y verduras “sorpresa” más que un obstáculo, me supone todo un reto en la cocina.
Hace unas semanas me llegó a casa una de estas cestas, con una preciosa col Kale en ella (berza galleta para mi amigo Raúl), que me dio para preparar unas buenas hornadas de chips y cremas de verduras.
Esta receta es apta tanto para dieta paleo como para whole30.
- 1 cebolleta
- 8-10 hojas de kale
- 2 puerros
- 250 ml. de caldo de huesos
- 250 ml. de alguna leche vegetal (yo he usado de anacardo) o nata (de vaca)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- Mientras, lavamos bien las hojas de kale y les quitamos el tallo, que es difícil de masticar para mi gusto (arrancamos las hojas con las manos), y las reservamos.
- Picamos la cebolleta bien finita y la ponemos en un olla, a fuego medio, con un poco de aceite de oliva y una pizca de sal
- Limpiamos los puerros y los cortamos en láminas. Los añadimos a la sartén.
- Doramos la cebolla y el puerro durante unos 5-8 minutos, con cuidado de que no se quemen.
- ando veamos que la cebolla está transparente y coge cierto color dorado, añadimos la kale.
- Removemos un par de minutos, para mezclar los sabores.
- Añadimos el caldo de huesos, removemos un poco, y dejamos cocer durante 15-20 minutos.
- Pasado este tiempo, añadimos la leche vegetal, removemos toda la mezcla durante un par de minutos.
- Por último, ponemos las verduras en un procesador de alimentos, salpimentamos al gusto y batimos bien, hasta que no haya grumos.
- Listo para servir.
Elena says
Hola! Me llamo Elena y empecé con la vida paleo hace ya medio año ¡cómo pasa el tiempo! y cada vez estoy más “enganchada” a esta forma de vida saludable. Mis cambios han sido progresivos y uno de los que estoy más orgullosa es el de comprar verduras en huertos ecológicos próximos a mi casa. A mi también me encanta recibir la “cesta sorpresa” y decidir la comida de la semana para toda la familia según lo que me hayan traído.
Me encanta tu post de hoy porque tocas un tema que es muy importante y es el hecho de ser responsables de nuestro propio consumo y el efecto que tiene este en la naturaleza.
La crema, seguro buenísima. Hoy he hecho una que publicaste hace tiempo con calabacín que estaba de muerte. Esta la probaré seguro (cuando me traigan col rizada, claro) 😉
Vanessa Díez says
Muchísimas gracias por tu comentario, Elena.
Es importante reflexionar sobre la vida que llevamos y lo que es beneficioso para nosotros, pero también para los que nos rodean.
Me encanta ver que no soy la única “loquilla” que se ilusiona con las cesticas.
Un abrazo!