Tal vez recuerdes un anuncio de los años ochenta/noventa de una marca de “atrapa polvo”. En esta publicidad una señora ejecutiva descubría que la mesa de su sala de reuniones estaba sucísima, y no se se le ocurría otra cosa que hacer esto:
Pues bien, la semana pasada iba caminando por la calle cuando tropecé con un bordillo y salí volando como la protagonista del anuncio. Bueno, no recorrí tanta distancia como ella, y me hice un poco más de daño en las costillas , pero en mi imaginación, me sentí justo así 😛
Es un poco fastidioso porque no puedo entrenar demasiado, porque siento falta de fuerza en el lugar que me golpeé, pero me lo tomé como un recordatorio del universo de que:
- el dolor es pasajero, sea físico o emocional y…
- presta atención a dónde pisas.
Sobre el jamón de bellota
Pocos días antes de mi espectacular caída, recibía un paquete procedente de la página web www.montechico.es, para hacer una revisión de sus productos, y comprobar que eran aptos para la dieta paleo.
Cuando escuché ibérico de bellota, aplaudí de emoción, porque esos animalitos suelen estar críados en libertad. Y así, recibí en casa 3 paquetes (como los reyes magos): jamón, chorizo y salchichón. Aunque al leer los ingredientes, tuve mis reparos, ¿por qué?
- Chorizo ibérico de bellota. Ingredientes: Magro de cerdo ibérico de bellota, sal, pimentón, ajo. Sin conservantes ni colorantes
- Jamón ibérico de bellota. Ingredientes: Jamón ibérico de bellota sal, conservantes 250 y 252.
- Salchichón ibérico de bellota. Ingredientes: Magro de cerdo ibérico de bellota, sal, reguladores de maduración (azúcares, dextrina) especias, emulgentes (E450 a, b,c), antioxidantes (E301), conservadores (E250, E252)
Como puedes leer en los ingredientes, el chorizo tiene pocos ingredientes, todos de calidad y se especifica claramente sin conservantes ni colorantes.
El jamón contiene E250 (nitrito de sodio), y E252 (nitrato de potasio), son conservantes que se usan de forma muy habitual en los productos cárnicos, pero lo ideal sería alejar de nuestra vida el mayor número de químicos. Es una pena, porque no contiene azúcares como otros jamones.
Como siempre,siempre, no olvides leer las etiquetas, y cuántos menos ingredientes tenga un producto mejor. En el caso de los embutidos, a ser posible, como mucho deberían tener: magro, especias y sal.
Ensalada de otoño con jamón de bellota
Aún así, he aprovechado para hacer con el jamón la receta de esta semana y daros algunas ideas de cara a estas fechas tan entrañables que se nos avecinan.
Ingredientes
- Espinacas
- Jamón de bellota
- 1 granada
- 2 peras (yo he usado la variedad conferencia)
- 2-3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas pequeñas de mostaza de dijon (ojo, que está fuerte… así que un poco al gusto)
- 1 cucharada pequeña de miel
- 1 puñado de frutos secos (yo usado nueces pecanas)
Preparación
- En un bol mezcla el aceite, la mostaza y la miel hasta formar una vinagreta.
- Lava bien las peras y córtalas en láminas finas.
- Corta y limpia las granadas para sacar los granos.
- En una ensaladera, pon las espinacas los trozos de pera y los frutos secos.
- Para servir, añade la vinagreta de mostaza y miel y por último, el jamón a cada plato.
Espero que te guste la receta 😉
Aura says
¡Uf, costillazo! Espero que te mejores pronto, guapa, que esos tortazos dejan muy baldada por unos días (eso si no te has hecho nada más gordo, espero).
¡Qué ensaladita más rica nos dejas!
Te quería comentar que lo de las chacinas y los conservantes es complicado. Supongo que por temas legislativos están obligados a unos mínimos para comercializar. Mis alergias completas son gluten-proteína leche-soja y eso me ha obligado a convertirme en una ávida lectora de etiquetas. Suelo consumir productos de la gama Exentis de Can Duran por estar especialmente adaptados a mis alergias (sí, la mayoría de embutidos llevan proteína de leche o soja, aunque sean sin gluten) y lo bueno es que además están libres de colorantes, sulfitos, glutamato monosódico… Alguna cosilla llevan (dextrosa, creo), pero mucha menos porquería que otros embutidos.
Vanessa Díez says
Hola Aura!
Claro, tú debes leerte las etiquetas sí o sí. Y qué sorpresas te llevarás de vez en cuando al leerlas 🙁
Que gracia me ha hecho lo del costillazo jajajajaja, sip, el suelo recibió su merecido!
Pues creo que tienes razón, en lo de los mínimos que exige sanidad. Seguramente muchos productos no los dejarían comercializar sin esos conservantes/colorantes. Otros, creo que también es por corregirles el sabor y que no sepan a cartón.
Lo que me provoca ahora curiosidad ahora es qué proceso de elaboración seguirán los productos sin esos conservantes para que les permitan sacarlos al mercado. Ahí por ahí algunas marcas por ahí con pocos ingredientes, y que están ricas, pero suelen ser chorizo/morcilla los más limpios, no se por qué el jamón cuesta tanto que sea simplemente “jamón” y sal.
Que de dudas me surgen 😛
Un abrazote, guapa!
leroy says
Lo de los conservantes de los embutidos es un asunto un tanto complejo.
Se supone que cuando no se utilizaba sal tan refinada como ahora, entre las impurezas de esta había nitratos y otras sustancias que ayudaban a conservar los productos y a evitar el botulismo. De hecho, la palabra “botulismo” viene del latín y se refería al embutido, “buttis”.
Lo mismo pasa con el azúcar. Se usa como conservante desde hace siglos o milenios.
Y los embutidos que vienen ya cortados llevan incluso algunos aditivos más para que no se pongan feos.
Las cantidades que hay que tomar de estos para que sean nocivos parecen ser bastante grandes y en general los científicos estiman mayor el riesgo del botulismo o la contaminación por listeria (siendo muy escaso) que los posibles efectos a largo plazo de estas sustancias. Calro, que esto último es lo que no sabe nadie, jaja.
Y sí he visto que cada vez hay más embutidos sin conservantes pero me sorprende porque no sé si es que no los incluyen en la etiqueta o si verdaderamente es así. En algunos sitios incluso han alertado de que hacer esto incrementa el riesgo sanitario.
En fin, hablamos de cantidades muy pequeñas de todos estos productos, de 50 a 300 mg/ kilo y ya cada uno que decida.
Rica ensalada, ya de paso. Me gustan mucho las ensaladas con sabores dulces y salados mezclados.
Vanessa Díez says
Muchísimas gracias por tu comentario, Leroy, súper didáctico, 🙂
Yo no creo que las cantidades que se usan en estos productos sean excesivamente grandes.
Esto de los conservantes yo lo veo un poco como los antibióticos: seguramente es preferible no usarlos, pero si evitan un mal mayor…
Con respecto a las etiquetas, yo también dudo a veces de si ponen todos los ingredientes. ¿Has ido alguna vez a una feria de alimentación? Muchos de los embutidos que venden van sin listado de ingredientes… y yo siempre había pensado que sanidad obligaba a ello.
A mi me vuelven loca las mezclas de dulce y salado. Me hacen feliz 😀
Un abrazote y gracias de nuevo!
leroy says
Ya, lo que no sabemos son las consecuencias de la mezcla de diferentes sustancias a las que estamos expuestas. Y seguramente jamás lo sabremos.
El que quiera ver un punto de vista extremo sobre este asunto que se pase por muscleblog y el que quiera ver lo contrario que lea a Maulet.
En fin, todo lo que consumimos tiene un alto nivel de procesamiento. Es el signo de nuestro tiempo. Si miramos con detalle dejamos de comer…
Sí, en los embutidos es cierto, pero desconozco el motivo. Yo también pensaba que tienen que enumerar todo lo que contienen y especificar las cantidades. Pero no siempre es así. Que venga Íker Jímenez y nos lo explique, jaja.
Un saludo.
joselinus says
Creo que no debemos rendirnos. Yo suelo comprar en Hipercor y siempre pregunto donde cortan los embutidos si tienen algo sin E250 y E252. Obviamente nunca tienen. Bueno, nunca no es cierto, no se si por mi insistencia pero en mi penúltima visita estaban iniciando la comercialización de chorizo curado y crudo que no contenía los aditivos anteriores y que por supuesto compré. En mi última visita, entre docenas de marcas de jamones había una (Jose Luis) que no tenía esos aditivos. ¿Por qué esta marca no los tenía? Lo malo es que un jamón de esta marca está entorno a 300 Euros. NOS ESTÁN TOMANDO EL PELO.
Vanessa Díez says
Pues sí, nos toman un poco el pelo, yo tengo localizadas algunas marcas que no llevan aditivos.
Pero en algunas ocasiones he comprado embutidos que no llevaban azúcar, después de rebuscar mucho… y al poco tiempo he ido a comprar ese mismo producto (el mismito) y sí que aparecía en sus ingredientes azúcar. Claro, ya no se si es porque antes habían olvidado añadirlo, o que han decidido incluirlo después por algún motivo.
Puff, casi 300€ el jamoncete, no sale rentable, no.
Una locura.
Un abrazo!