Esta receta la escribo desde mi ciudad natal, donde estoy pasando unos días de vacaciones.
Granada no es precisamente una ciudad pequeña. Por eso cada vez que vengo, me sorprende lo complicado de encontrar algunos ingredientes que sí suelo encontrar a dos pasos de mi casa, y a un precio más o menos razonable. Como la leche de coco.
Así que esta vez he decidido echar un litro en el equipaje.
¿Qué soy una paleo friki? Sí! Pero gracias a eso he podido disfrutar estos días de un delicioso helado sin sufrir los molestos síntomas intestinales que me provocan los lácteos frescos.
¿Seré yo intolerante/alérgico a los lácteos?
En la dieta paleo, se restrigen los lácteos porque los seres humanos no hemos evolucionado lo suficiente como para tolerarlos.
Otros estudios, sin embargo afirman que la mutación que ha permitido que los seres humanos toleren los lácteos ya está en nuestros genes: comenzó cuando nuestros antepasados comenzaron a consumir leche.
¿A quién vas a creer? Yo lo veo claro: a tu cuerpo.
- ¿Te dan gases/flatulencias después de tomar leche, un helado, nata…?
- ¿Sueles tener problemas de piel? Acné, dermatitis..
En ese caso, yo me replantearía seriamente dejar de consumir leche una temporada.
Helado sin gluten, sin lactosa, sin huevo…
Así que si te pasa como a mi, que te sientan mal los lácteos, pero te apetece un helado, hoy te traígo una receta sencillísima.
Eso sí, advierto que hay que estar bastante pendiente durante la elaboración.
Ingredientes
- 500 ml de leche de coco o almendra
- 2-3 cucharadas de café expreso
- 1 cucharada de miel
- 4 onzas de chocolate negro con almendras.
Preparación
- En un recipiente de plástico o metálico (de los de horno), vierte la leche, el café y la miel.
- Mezcla bien los ingredientes. Si usas miel cruda, tal vez necesites darle primero un golpe de calor para que se mezcle bien.
- Con un cuchillo, raspa las onzas de chocolate hasta dejarlas bien picaditas.
- Añade el chocolate a la mezcla.
- Si tienes una heladera, genial, sigue las instrucciones del fabricante.
- Si como en mi caso, no has pillado la heladera del LIDL en oferta, y además no te caben más chismes en la cocina, pon el recipiente con la mezcla en el congelador.
- Pasados 45 minutos, saca la mezcla y remueve la mezcla con una cuchara o tenedor para romper todos los cristales de hielo que se hayan formado (esto es lo que te evita la heladera).
- Vuelve a meter la mezcla en el congelador, y vuelve a repetir el proceso cada 45 minutos, durante 4-5 horas.
- La primera vez verás que apenas de ha formado hielo, conforme pasa el tiempo, cada vez se congela más rapido, y tendrás que remover más para romper la cristalización.
- Pasado ese tiempo ya está listo para servir. Pero si lo quieres dejar para otra ocasión, antes de servir, déjalo 15-20 minutos a temperatura ambiente antes de servir, porque se queda un poco duro.
Espero que te guste la receta y cuidado, que es adictivo 😉
Aura says
¡Me apunto la receta! Muy buena pinta. Una pregunta: ¿se nota mucho el sabor a coco? A mí me encanta el café con leche de coco, pero claro, mitad café-mitad coco. Aquí las proporciones son a favor del coco…
Otra cosita. Si se producen síntomas extradigestivos (dermatológicos, por ejemplo), ya no es la lactosa la mala de la película, sino las proteínas de la leche, y eso es una alergia, no una intolerancia: http://nosinmialergia.blogspot.com.es/2014/05/la-alergia-la-lactosa-no-existe.html.
Vanessa Díez says
Hola Aura,
Buena pregunta: yo apenas notos el sabor porque estoy acostumbrada a tomar leche de coco, pero mi madre lo probó y lo primero que me dijo fue: sabe a coco, no?
Puedes probar con leche de almendras también, creo que debe estar muy rico también.
Muchísimas gracias por el apunte sobre los lácteos. Sí que tenía entendido que la caseína provoca más problemas que la lactosa, pero no sabía que era la que ocasionaba los problemas en la piel
Un abrazo!
Lansy Hairath says
Babas :_____
Quiero quiero xD
Vanessa Díez says
jajaja, está bien rico, sí.
además con el calorcicoooo, mmm