Si hay una expresión que vas a escuchar en el box en el que entreno es: “Enfádate”.
Imagina, yo, una persona que aspira a eliminar el estrés de su vida, que se esfuerza ser mejor persona cada día, por mecerse con el viento como un junco, por “fluir”…
¿Qué me enfade? Pero, ¿Por qué? Pues por una cuestión fisiológica que forma parte del ser humano desde siempre: cuando nos enfadamos, al igual que cuando estamos en peligro, se disparan una serie de reacciones en cadena que nos permite luchar y/o huir.
Los sentimientos tienen polaridad
Hace unos días, pregunté a Ayman Kichi (*), nuestro entrenador de halterofilia, por su empeño de enfadar a sus alumnos. La respuesta me sorprendió, porque esperaba que me hablase acerca de adrenalina, cortisol, testosterona, y sin embargo me dio una clase de psicología:
Según la escala establecida por el doctor Plutchik, los sentimientos humanos básicos son cuatro, y cada uno de ellos tiene un opuesto, haciendo un total de ocho. Es imposible tener un sentimiento y su contrario al mismo tiempo: el opuesto se neutraliza.
- Ira, furia, enfado, odio son sentimientos opuestos al miedo.
- Alegría y la felicidad son opuestos a la tristeza, pena, melancolía…
- Sorpresa es opuesta a la anticipación.
- Confianza y aceptación son opuestas al rechazo y la aversión.
Cuando te preparas para un sprint o para levantar 100 kilos en un peso muerto, si sientes miedo, con toda probabilidad no lo vas a conseguir. Es fácil dejarse llevar por el pánico cuando te enfrentas a un reto o estás en una competición, así que la forma de dejar de sentir miedo es neutralizarlo con un sentimiento opuesto: Enfado.
Respuesta fisiológica
A los sentimientos suele ir asociada una respuesta fisiológica. Por ejemplo: cuando sientes terror, se te eriza el bello, puedes sentir escalofríos.
Como comentábamos antes, tu cuerpo reacciona a la ira de la misma manera que lo haría ante una situación de estrés o de peligro: se liberan adrenalina y noradrenalina, tus músculos se tensan, tu corazón y tu respiración se aceleran, tu tensión arterial aumenta… En resumen, se activan todos aquellos procesos que necesitas para defenderte o atacar.
Incremento de la fuerza y la velocidad
Seguro que has escuchado historias increíbles de madres que muestran una fuerza sobre humana, al ver peligrar la vida de su hijo.
Es un caso extremo, claro. Pero con adrenalina circulando por tu sangre, serás capaz de levantar más peso que estando relajado: el aporte sanguíneo y de oxígeno a tus músculos es mayor, aumentando la capacidad de contracción y por tanto la fuerza y velocidad.
Aumento de la energía
En esta situación, tu cuerpo libera glucosa y grasas al torrente sanguíneo para que puedan ser usadas rápidamente por nuestros músculos y nuestro cerebro. Y a mayor cantidad de energía disponible, mayor fuerza y potencia a podrás aplicar a un ejercicio
Efecto anestésico
La adrenalina y la noradrenalina son opioides que inundan el cerebro cuando se produce una herida, inhibiendo su capacidad para crear dolor. Tiene sentido, si pensamos que el objetivo principal de estas hormonas es permitirnos la lucha y la huida, así que a tu cuerpo no le interesa que sientas dolor.
En tu entrenamiento esto te permitirá aumentar tu capacidad resistencia, que en un estado relajado, suele ser menor. Cuidado: no estoy diciendo que ignores una lesión por seguir entrenando, sólo que incrementes el umbral dentro de lo razonable.
Sentidos aumentados
Cuando hay un aumento de la adrenalina estás alerta y tu vista, tu tacto, todos tus sentidos se ven identificados. Y sobre todo, se incrementará la capacidad de concentración en el ejercicio que estás realizando, y con ella, la probabilidad de éxito.
Así que…
¿Necesitas energía adicional para entrenar? ¿Quieres rendir más en tus entrenamientos? Enfádate.
Olvídate de eso de que la ira conduce al lado oscuro, de la positividad para ser más feliz, de que el estrés es malo, de que hay que ser comprensivo y poner la otra mejilla…
A la M*ERDA.
Cuando entrenes, dalo todo. Acuérdate de los empujones que te han dado en el metro esta mañana, de ese compañero/a de trabajo que te toca las narices a diario, de que se te ha roto la lavadora, de la discusión que has tenido con tu pareja…
Enfádate, corre más rápido que nunca, salta y termina esa dominada. Grita.
Pero sobre todo…
Saca todo lo malo fuera de ti. Deja que la ira se vaya con el sudor, en el en el suelo del gimnasio, o en el parque o donde entrenes…
Y vuelve a casa feliz.
(*) Ayman Kichi, presidente de la federación Madrileña de Halterofilia. Entrenador desde 1998, 9 veces campeón de España de PowerLifting y 3 veces campeón de Madrid de Halterofilia.
Referencias.
- Feelings and polarity.
- Channeling aggression and anger through weight training,
- Psicology and super hero science
Laura says
Me ha hecho gracia la entrada, porque tenemos a la perra en “tratamiento” para sus miedos/estrés y sí que es cierto que se “relaja” y no está atenta para defenderse por así decirlo xD Cuando está cabreada sí jajajaja
Genial entrada ^^ nada, habrá que enfadarse mucho xD
paleomoderna says
Hola Laura,
Vaya, ¿qué le ha pasado a vuestra perra? Espero que mejore pronto con el tratamiento.
Ni evolución ni leches, seguimos siendo animalitos jaja, 😉
Gracias a ti por el comentario.
Un abrazo
Un abrazo!
GABRIEL says
Me ha gustado mucho este articulo Moerna. Interesante, lo aplicaré cuando suba los kilos en las mancuernas o en las sentadillas.
Salu2
paleomoderna says
Claro que sí, Gabriel, hay que echarle mala leche 😛
¿Qué tal las rodillas? ¿Has ido subiendo de peso en las sentadillas?
Un saludo.
GABRIEL says
Las rodillas muy bien sin problemas ni dolores. Ahora estoy en temporada de parón, ya que el miércoles pasado haciendo peso muerto bajé mal y me dió un tirón en la espalda baja. Asi que he decidido tirarme una temporadita de movimientos lights, andar, dominadas, flexiones,y sentadillas sin carga , hasta que se me olvide la molestia lumbar.
No hay prisas en subir esa carga :). un salu2
paleomoderna says
Vaya, menuda faena lo de las lumbares! Espero que te recuperes pronto.
Y lo de la carga, tienes razón, mejor ir asentando resultados que no tener un disgusto con las rodillas 🙂
Saludos